Pilar, teje tu historia

Hoy, penúltimo día del año 2.009, abro esta ventana en compañía de Pilar...y la invito a que nos cuente, a que nos desvele...
el secreto de su cariño por los suyos, los que están y los que no,
el amor en cada puntada de sus colchas que cuentan historias,
la complicidad entre la cielo y el tormento,
los recuerdos contados con brillo en sus ojos...

Pilar, mujer pequeña de alma grande, teje tu historia.

Elena


sábado, 8 de octubre de 2011

TERCER CUADRO

No sé por donde empezar: como vereis es Castro mi pueblo,puse uno de los monumentos mas emblemáticos el Castillo con su faro guiando a la flota pesquera.

Aqui en el pueblo pasé mi juventud (divino tesoro) recuerdos...???? muchos...primero la estancia y estudios con mis monjitas, éstas la verdad que no me dejaron buen recuerdo, la educación era muy rígida, entre las filas siempre alineadas, hasta para ir a misa todos los domingos desde el colegio a la  iglesia con aquellos velos blancos  y largos (que mal lo pasábamos).


Nos llevaban los domingos de paseo al campo detrás de Santa Maria, asi que cuando nos soltaban ibamos como locas al baile libre que habia en la barrera y con el uniforme encima, cualquiera iba a casa a cambiarse!! entonces si que no salias !madre mia! asi que no teniamos mucha aceptación con los chicos....a la hora de bailar.

      Recuerdo las romerias de los pueblos  de alrededor, íbamos en el tren y regresábamos andando y saltando (las famosas tamborradas), tambien recuerdo excursiones por el monte "Cerredo" y "La virgen" etc. os estoy hablando de los años sesenta,como veis "ayer por la mañana": pero fué a pesar de todo una etapa de mi vida feliz.
        Luego ya vendria el gran cambio......

  Os voy a mostrar unas fotos de Castro de aquellos años de los cuales yo añoro mucho por ejemplo la actual playa de Ostende  no tiene nada que ver con la imagen de antes con sus rocas salvajes.......!!que entorno tan bello!!! pero en fin el dichoso progreso nos lo cambia todo.

Tambien os muestro mi última labor para que veais que las manos  siguen funcionando. !!hasta la próxima!!

6 comentarios:

  1. Cuándo te lea la gente menuda que se pasea por tú blog se extrañarán de la forma tan minimizada que has redactado tú juventud, todo se ha reducido a las sores y a la barrera ¿no había nada más en tú "calocado" pueblo?.
    Se nota la "grandísima" diferencia de edad entre ambas, recuerdo también el uniforme, el velo, los pololos de gimnasia, pero yo tenía el Miramar, el Drink, el Dover, el Club 61, el cigarrillo, el primer cubata, etc. Mi cuadro de juventud hubiera sido mucho más extenso.
    Aún así me ha encantado leerte.
    Gracias guapa!!

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  2. Tienes razón Agurt,mi juventud fué mas larga pero, a veces pienso que aburro a la gente, de todas formas tú fuiste mas "pingo que yo" ja,ja por eso tendrás mas vivencias, no te preocupes que en la próxima me extenderé mas.
    Alguien me puede decir como las fotos que subo van todas por libre?, yo las coloco pero como que se resisten, no me hacen ni caso,Agurt se parecen a ti, lo dicho van por libre.
    En el cuadro segundo ha hecho comentario Margarita leelá es un cielo. Marga si me lees !muchas gracias! y un besazo.

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  3. Uhmmm...
    Lo de las fotos, en principio no debería ser así aunque puede que blogger las coloque dependiendo del tamaño.
    Insiste por tanto en ponerlas en el orden que tú quieres, pero si alguna es un poco mayor, trata de "reducirla" al nivel del resto.
    Un besazo, guapa.

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  4. María José padecía asma y tomaba medicamentos para aliviarse de este mal. No sé exactamente como ocurrió, pero en un viaje al Monasterio de Piedra del mes de mayo 1975, falleció. Tendría poco más de 30 años. Nos enteramos el lunes nada más entrar a trabajar. El dolor fue terrible para todos. La enterraban poco antes de comer. La mayoría queríamos ir a Castro Urdiales (Santander entonces) para asistir al sepelio. Don Germán no puso reparos y nos facilitó algún coche. En el que yo iba, conducido por Joaquín, venía también Sancha, creo que Valdeolivas y alguno más. Poco antes de llegar a Bilbao nos paró la guardia civil que, metralleta en mano, nos pidió documentación y lugar de destino. Juana también vino, pero creo que en otro coche.

    Íbamos a toda leche, con el tiempo justo y creo que no llegamos al funeral en la iglesia. El cementerio estaba situado en la loma de un monte y allí fuimos. El sepelio fue una manifestación de gran dolor. Adolfo estaba deshecho, pero conservaba cierta serenidad. Después del entierro me quedé unos minutos más en su tumba. Desde allí se contemplaban unas excelentes vistas de la costa y el mar. A pesar del dolor pude darme cuenta de que era un paisaje muy bonito. Mejor, me dije. Ella sabrá valorarlo y disfrutarlo.

    Pocos días después se celebró un funeral en Madrid muy emotivo y participativo. Su padre redactó unos fragmentos de su vida y de su persona que nos emocionaron a todos

    Este contador de historias se acuerda muy bien de aquel día, de aquel lugar donde se detuvo el tiempo, interrumpido injustamente en lo mejor de tu vida. No nos dieron tiempo a despedirnos. Lo hago ahora con la esperanza de que este relato y estos recuerdos de tus amigos y compañeros de entonces, te lleguen allá donde te encuentres, en este viaje que hacemos hoy por la historia y la melancolía.

    La memoria de las buenas personas como tú perdurará siempre en quienes les conocieron. Por esta razón, tus enseñanzas, tus valores, tus ejemplos, no lo dudes, seguirán entre nosotros.

    María José, Pepa, Mari Jose, en un día como hoy, antes de que el olvido se lleve los recuerdos, nos acordamos de ti.

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  5. Hoy he recibido este artículo dedicado a nuestra querida hermana MªJose, esa hermana a la que tú has extrañado tanto durante todos estos años, permitidme este homenaje a ELLA a MARI JOSE de su compañero de Volvo Concesionarios, S.A. Rafa Jimenez.



    Exvolveros
    Compañeros y amigos que fuímos los últimos 25 años del siglo pasado. Hace ya mucho tiempo, pero parece que fue ayer. En Volvo nos conocimos y forjamos una amistad que aún perdura. Hoy queremos recuperar nuestra "memória histórica", rememorando y volviendo a vivir aquellos lejanos momentos ya casi olvidados.
    María Jose, la telefonista. 1974-75
    UNA VIDA QUE MERECE SER CONTADA


    Pensar no es recordar, pero se puede pensar aunque -casi- se haya perdido la memoria. Es mi caso. Quiero pensar, hablar de María José, pero tantos años después la memoria -que por naturaleza es vaga-, olvida lo que quieres recordar y recuerdas lo que quieres olvidar.

    Así que habrá que estrujar el cerebro en busca de recuerdos que, seguro, en algún lugar del mismo se encontrarán. La memoria es un mal testigo, te traiciona a menudo y además el tiempo la envejece rápido. Pero tengo la certeza de que si algo se queda sin contar, se olvida, se pierde. Y María José, Pepa o Mari Jose -por cualquiera de los tres nombres era conocida en la empresa- no se merece eso.

    Así que comencemos, a ver que sale. Creo que fue la primera persona que vi en la empresa nada más llegar. Fue en la 10ª planta de Castellana 130 (aunque en Enero del 74 se llamaba de otra forma que prefiero olvidar), lo primero que te encontrabas era la recepción y a la telefonista. Además era el primer día de la nueva jornada de 8,30 a 17,30 y todo el mundo entraba a trabajar eufórico.

    Esta castellana del mar decía siempre lo que pensaba. Poseía un un sentido del humor único y un carácter espontáneo y sincero. Era optimista por naturaleza. y conseguía transmitirte estas buenas sensaciones. Estaba casada con Adolfo y ambos formaban una pareja estupenda. Su casa siempre disponible para cualquier evento y necesidad y ellos dispuestos a ayudar a quién lo necesitara. Muy sociales y solidarios con sus compañeros y vecinos, ambos se habían ganado la amistad y el cariño de todos nosotros. Y muy especialmente del que escribe estas líneas que nunca olvidará la ayuda que recibió de ambos en momentos difíciles.

    Recuerdo una broma que la gastamos. Algunas chicas tenían la costumbre de poner a secar, en el servicio de señoras, sus ropas íntimas. El caso es que alguien -no recuerdo ahora quién- cogió sus bragas, que se estaban secando, y las puso en el cajón de la mesa del cajero que por aquel entonces era Vicente. Éste, al cabo de un rato cuando abrió el cajón, dijo sorprendido: "¿de quién son estas bragas?". María José que estaba por allí dijo: "¡Mias!, ¿Y tú por qué las tienes?". El caso es que ella, al principio, se cabreó. Pero no la duró mucho. Enseguida, cuando el resto la preguntamos: "¿Quién te las ha quitado Mari Jose?" y frases por el estilo ella se dio cuenta de la inocente broma, contraatacó y nos apabulló con sus respuestas y preguntas. Fue una de esas veces que de tanto reír, finalmente lloras. ¡Qué buen momento!

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  6. El artículo de mi hermana Mari Jose va separado porque no me ha permitido publicarlo entero, además el orden no es el correcto pero espero sepáis entenderlo.

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